Renacentistas

La encuadernación en el Fondo Antiguo de la BUS

Con la llegada de la imprenta el arte de la encuadernación sale de los monasterios y se establece como actividad autónoma. Aumenta considerablemente la producción para dar respuesta al volumen editorial. Para ello se produce una mayor racionalización y eficacia de la manufactura apoyándose en los progresos técnicos. 

Técnicamente hablando se consolidan los cambios iniciados en la Alta Edad Media y aparecen nuevos elementos que se mantendrán hasta el siglo XVIII: el cartón sustituye a la madera, se afianza el uso del telar y los nervios, se simplifican cosidos y cabezadas... Pero el cambio más llamativo se produce en la decoración con el uso de la rueda, auténtica revolución en el arte de embellecer las cubiertas, que iba a permitir infinitas variaciones que se combinaban con hierros sueltos. Se conseguía un estilo geométrico completamente en línea con el código estético renacentista de la simetría y el ritmo. Para conseguir todo esto se utilizaban pieles finamente trabajadas, decoradas mediante la técnica del gofrado y a partir del siglo XVI también con el dorado. En nuestro país se elegían pieles de becerro de color avellana o castaño. 

 

 

 

En el caso de la primera pieza de esta sala, encontramos una encuadernación en piel cuya decoración se inicia con dos bandas verticales y dos horizontales que se cruzan en los ángulos. En la zona central un rectángulo formado por tres bandas verticales se une a las bandas exteriores mediante filetes diagonales.  Las bandas se decoran con motivos vegetales, medallones y criaturas míticas como el ave fénix. Se ha empleado la rueda con la técnica decorativa del gofrado. En el corte delantero se puede leer el título en tinta. 

Algo más singular es el ejemplo que nos ocupa. El esquema decorativo se inicia con dos bandas verticales de motivos vegetales y dos horizontales formadas por tres hilos lisos, siendo el central el más grueso. Se cruzan en los ángulos. En el espacio central se disponen de forma alterna tres bandas con decoración vegetal y dos planchas. El motivo de estas es el siguiente: una figura femenina con túnica y las manos entrelazadas sobre un pedestal en el que está inscrita la palabra Fides; sobre ella, aparece una cruz entre nubes y a su derecha, las palabras Meritum Christi. En la esquina superior derecha se lee la palabra Spes y en la esquina inferior izquierda Charitas. En la zona izquierda de la plancha está escrito lo siguiente: “In te d[omi]ne speraui no[n] confundar in eternum, in iustitia tua libera me et eripe me Psal 70”. En la esquina inferior izquierda aparece un crismón. Todo ello enmarcado con el siguiente texto: “quoniam in me speravit liberabo eum protegam eum quo &c Psal 90”. 

También se puede encuadrar en el estilo renacentista la encuadernación de la imagen, cuya decoración fue realizada con ruedas y florones mediante la técnica del gofrado. El esquema decorativo se estructura en tres bandas rectangulares concéntricas, dejando entrecalles libres. Todas las orlas están encuadradas con tres hilos, siendo el central el más grueso. Las bandas tienen una ornamentación floral entre roleos vegetales. El rectángulo central presenta cuatro florones en las esquinas y al centro dos jarrones y un animal fantástico. Los cortes fueron teñidos de rojo, observándose en el delantero anotaciones de localización topográfica. 

La simetría y el orden renacentista inspiran la decoración del volumen de la imagen. El esquema decorativo, simétrico en ambas tapas inicia con seis bandas rectangulares concéntricas. Estas se diseñan, de forma alterna, con filetes de diferente grosor y ruedas de medallones y elementos vegetales. En el paño central se disponen cuatro florones pequeños en los ángulos y uno central de mayor tamaño.  Por encima y por debajo de este el anagrama de la casa jesuita y el de la Virgen María.  Cuatro pajaros con cabeza humana completan la decoración de hierros sueltos. Los cinco entrenervios conservados en el lomo se gofran con un león rampante flanqueado por dos florones vegetales. Huella de una disposición anterior es la cartela hecha a mano sobre el corte delantero que encierra el contenido del volumen. 

Las tablas de este volumen del siglo XVI se cubren con piel gofrada decorada con doble orla rectangular con ruedas de motivos vegetales y medallones. En el paño central cuatro florones angulares, dos de mayor tamaño en la zona superior e inferior y el superlibris de la parrilla, marca emblemática del Monasterio de San Lorenzo de El escorial. Los cinco entrenervios del lomo se enriquecen con un único florón al centro de cada uno. 

Con piel más oscura sobre tapas de papelón  se recubre este pequeño volumen. El aparato decorativo, simétrico en ambas tapas, se estructura a partir de doble orla rectangular con ruedas de roleos vegetales que enmarcan el espacio central donde se disponen diferentes hierros sueltos de conchas, angelotes y un perfil de caballero circunscrito en corona de laurel. Sobre los dos entrenervios centrales el mismo hierro suelto de angelote. Los tejuelos en papel de la cabeza y pie del lomo, no dejan ver si estos espacios también fueron decorados de la misma forma. Las notas topográficas y de contenido manuscritas sobre el corte delantero hablan de una anterior disposición del libro en su lugar de depósito.