Otros modelos
La encuadernación en el Fondo Antiguo de la BUS
Cerramos la muestra con ejemplos de encuadernaciones en diversos materiales que se pueden encontrar en más de uno de los periodos estudiados. En primer lugar, las encuadernaciones en tela sin decoración añadida.
Terciopelo. Finales siglo XVIII (205 x 155 mm). BUS A 282/067
Terciopelo granate. Se trata de un material formado por hilos suaves, densos y cortos que dan un acabado brillante y rico, muy característico. La encuadernación no presenta decoración ya que el uso del terciopelo, le proporciona un acabado lujoso. Posee cierres confeccionados con hilos amarillo y plata.
Terciopelo. Siglo XVIII (286 x 209 mm). BUS A 119/131
Terciopelo azul con restos de cintas de seda rojas. Como en el ejemplo anterior, el uso del terciopelo dota al ejemplar de un acabado suntuoso.
Cáñamo. Siglo XIX (160 x 125 mm). BUS A FD / 1703
Encuadernación cubierta en cáñamo decorado con motivos polilobulados marrones sobre fondo negro. En esta ocasión la tela se ha aplicado directamente sobre el lomo construyendo una encuadernación en rústica.
Tela sobre cartón. Siglo XX (107 x 77 mm). BUS A 194/045
La encuadernación no presenta más decoración que el propio estampado de la tela que la recubre (motivos irregulares negros sobre fondo rojo). Es muy probable que se trate de una reencuadernación, ya que el resto de ejemplares de la edición presentan encuadernaciones en cartoné o rústica, algo que era habitual en las guías de forasteros de mediados y finales del siglo XIX. Al tratarse de una obra de bolsillo, de reducidas dimensiones, posiblemente sufriera daños en su encuadernación original y pasado el tiempo se decidió reencuadernar en tapa suelta de tela.
Otra tipología son las encuadernaciones en rústica, muy sencillas pero no por ello menos bellas e interesantes. Con la aparición de la imprenta, el aumento de la producción y con ella del comercio, surge la necesidad de buscar alternativas a la forma tradicional de encuadernar. Aparecen los libros cubiertos con papel o cartón encolados directamente al lomo. De esta forma podían ser transportados de forma segura, para luego ser vendidos abaratando costes. En el siglo XX esta idea retoma fuerza con la nueva estrategia editorial de ofrecer un producto accesible a la mayor parte de lectores. Se trata, normalmente, de encuadernaciones más humildes, aunque entre los distintos tipos se pueden encontrar algunos de gran belleza como las realizados con cartón decorado o en papel xilográfico.
Cartón. Siglo XX. (225 x 165 mm.) BUS Q Arm. 41
Encuadernación en cartoné. Utilizando cartón verde, se escoge la impresión dorada para grabar el título de la obra y representaciones de lugares señeros de la ciudad de Sevilla como la Giralda y el puente de Triana. Se consigue así un producto llamativo a bajo coste.
Papel. Siglo XVIII (225 x 165 mm.) BUS A 333/031
Papel xilográfico con dibujos sobre cartón. Decoración a base de motivos vegetales con flores, hojas en distintas formas, colores y formatos, sobre fondo claro con trama romboidal de puntillé.
Papel. Siglo XVIII (240 x 395 mm) BUS A FD/1959
Papel con pequeños motivos florales de color blanco sobre fondo rojo.
Por último, las encuadernaciones en holandesa o en media pasta, se caracterizan por utilizar diferentes materiales en sus tapas. Se cubre el lomo y casi un tercio de las tapas con un material y el resto con otro. Si además los ángulos del libro van forrados con el mismo material que el lomo, hablamos de holandesa con puntas.
La opción más conocida y usada ampliamente durante todo el siglo XIX y XX es la que se decanta por el uso de la piel en el lomo y puntas y papel de aguas sobre las tapas. Pero existen múltiples variantes eligiendo otros materiales tanto en el lomo (pergamino, tela...) como en las tapas (tela). El objetivo era conseguir una encuadernación resistente pero más económica que una entera.
Encuadernación en media piel y puntas. Sobre las tapas papel brocado de tallos y flores. La unión entre piel y papel se cubre con rica orla dorada de palmetas y tallos entrelazados. El lomo se divide en cuatro entrenervios decorados con algunos hierros dorados sobre fondo gofrado con curvas y contracurvas. Marca la excepción el segundo donde se posiciona un tejuelo circular con el título.
Encuadernación, algo peculiar, en media piel y puntas. Las tapas se cubren con un papel pintado al agua de tipo plegado español, con marrones, negros y azules. La piel, color avellana, se decora en los ángulos con cadena de eslabones dorados que delimita el perímetro y motivos florales en el centro. Resulta curioso constatar la presencia de puntas internas sobrepuestas. Sobre el lomo, el mismo tipo de cadena de eslabones descritos en las puntas, flanquean los seis nervios y marcan la cabeza y el pie. En los entrenervios se repite un hierro de motivo floral dorado.
Encuadernación en media piel y puntas. Las tapas se cubren con papel xilográfico de la casa Remondini datado en la segunda mitad del siglo XVIII. Flores y hojas verdes junto a pequeños puntos rojizos se disponen de forma geométrica sobre una trama de líneas verticales dispuesta sobre el fondo crudo. Las puntas se realizan con otro tipo de papel marrón. El lomo se divide en seis espacios con la ayuda de filetes y orlas geométricas doradas. Sobre el segundo el título en letras capitales doradas. El corte delantero se decora con moteado rojo.
Holandesa. Pergamino y papel pintado (370 x 275 mm.) BUS A Res. 17/5/14
Encuadernación en medio pergamino y puntas. Las tapas se cubren con papel marmoleado en colores marrón, azul oscuro y blanco, modelo concha, que aparece en las primeras décadas del siglo XIX. Sobre el lomo se posicionan dos tejuelos de piel. El superior, de color marrón, contiene el título y autor en letras capitales doradas. En el inferior, de tono rojizo, el tomo. Ambos tejuelos se embellecen con remate superior e inferior de hilo dorado grueso y orla de tallos entrelazados. El corte delantero también sirve para recoger con tinta los datos del título y autor.
Holandesa puntas. Piel y papel pintado. Siglo XIX (212 x 150 mm.) BUS A 040(309)/206
Encuadernación en media piel y puntas de color rojo. Sobre las tapas papel pintado de tipo mixto (Stormont y Shell) en colores vivos. Las hojas de guarda son de papel pintado de tipo concha, en tonos azules y marrones.
El papel pintado de las tapas presenta una decoración marmoleada con colores amarillo, negro, verde y naranja. El lomo posee una decoración de hierros dorados con franjas de motivos florales, triples en las esquinas y dobles las que enmarcan el título, que está también en dorado.