Tomás de Añorbe y Corregel
Se sabe poco de su vida. Nació en Madrid, en torno a 1686, fue capellán en el Real Convento de las Señoras de la Encarnación, como se titula en muchas de sus obras, y hombre entregado a las obras de caridad. Como literato, Añorbe escribió poesía, ajustándose plenamente sus composiciones, en palabras de Elisa Domínguez de Paz, de quien extraemos estos datos, a la estética neoclásica.
Aquí nos interesa su producción como autor dramático, ampliamente representada en el fondo de teatro antiguo de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla, e integrada en las tendencias teatrales que dominaron la última etapa del barroco. Una obra dramática que le otorgó prestigio en los círculos teatrales, y en la que destacan la zarzuela Júpiter y Danae y El Paulino, que cosechó algunas críticas particularmente desfavorables, como la que dejó Agustín Montiano y Luyando en su Discurso primero sobre las tragedias españolas (1750). La obra teatral de Tomás de Añorbe incluye comedias de santos, que gozaban de gran popularidad, y entre las que se pueden señalar títulos como Princesa, ramera y martir: Santa Afra, presente en la BUS en ejemplares correspondientes a dos ediciones, la madrileña impresa probablemente en 1735, y la valenciana, que imprimió en Valencia la viuda de Joseph de Orga en 1761, o la comedia El caballero del cielo, primer rey de Hungría, en torno a la figura de san Esteban, o La oveja contra el pastor, y Tyrano de Boleslao, en torno al monarca polaco y a san Estanislao, obispo de Cracovia.