Pedro Calderón de la Barca
No es este el momento ni el lugar para hacer investigación alguna sobre Calderón de la Barca. Pretendemos enmarcar al autor en una breve biografía recogida por otros investigadores para resaltar los testimonios que de él posee el fondo de la BUS. No son pocos (ni muchos): en total 154 entre impresos y manuscritos, de los que anotaremos los más importantes por su escasez en otras bibliotecas o, simplemente, por ser ‘raros’ en la bibliografía del autor. Por su dilatado recorrido vital, por la estratégica situación histórica que le tocó vivir y por la variedad de registros de su excepcional obra teatral, Calderón de la Barca sintetiza el magnífico pero también contradictorio siglo XVII. Representa la cumbre de las artes escénicas de un periodo irrepetible. Nace en Madrid, el 17 de enero del año 1600. La muerte prematura de su madre en 1610 y el sentido autoritario de su padre, que dispone férreamente el destino y oficio de sus hijos, y muere en 1615, hacen que Calderón crezca profundamente influido por la complicidad familiar de sus hermanos Diego y José, pero, sobre todo, por su fundamental estancia en el Colegio Imperial de los Jesuitas (1608-1613) y, posteriormente, en las Universidades de Alcalá y de Salamanca, en la que permanece hasta 1615. Se dejó persuadir por la comedia nueva de Lope que por entonces triunfaba en los corrales madrileños del Príncipe y de la Cruz, hecho que se reflejó en su producción literaria, pues se dedicó, fundamentalmente, al teatro. La llegada al trono de Felipe IV y el ascenso del valido Conde Duque de Olivares en 1621 supone la llegada de una nueva época. Este período de reformismo interior y de deseo de independencia frente a la hegemonía del pensamiento burgués del norte de Europa, que habría de culminar hacia 1640, supone también el del imparable ascenso creativo de Calderón, la definitiva superación de la generación lopista y su consagración en el orden artístico y social.