Editada en 1832, es una soberbia colección de las vistas de los Sitios Reales, a los que se retiraban los reyes largas temporadas, escapando del bullicio de la capital: San Ildefonso, San Lorenzo y Aranjuez. A ellos se suman vistas de los jardines del Palacio Real , el Museo Real y el Jardín del Buen Retiro. Fernando VII encargó a su pintor de cámara, Fernando Brambilla, los cuadros con las vistas de estos lugares, para adornar con ellos varios gabinetes de sus palacios. Posteriormente, ordenó el monarca que los cuadros fueran litografiadas, formándose así esta extraordinaria colección de 88 vistas, estampadas en papel de marca mayor sobrefino de vitela.