Aguafuerte y agua tinta (130 x 180 mm.)

En primer plano, hacia la izquierda del grabado, una mujer absolutamente cubierta lleva en sus manos un plato y se lo ofrece a un grupo de personajes que están tumbados en el suelo, casi moribundos. En el lado derecho del grabado, más alejado de la escena principal, una mujer muestra a un sacerdote la triste escena, que la contempla con indiferencia.

Se trata de una circunstancia que refleja, por una parte, la hambruna que asoló a la población durante la Guerra de la Independencia, especialmente entre 1811 y 1812. Por otra parte refleja la insolidaridad de las clases más acomodadas, especialmente de la Iglesia, y la ayuda que de forma espontánea brindaban aquellos a los que no les sobraba demasiado.

Uno de los núcleos de población que más sufrió el desabastecimiento de víveres fue la capital. Su situación se agravó por ser un centro de atracción de la población. En estos términos se exponía la situación al rey desde las páginas de la Gaceta de Madrid el 8 de mayo de 1812:

"Al aislamiento de cada provincia ha sido consecuente el de cada pueblo, y al de cada pueblo el de cada individuo: de forma que esta capital, residencia de los monarcas españoles, que debía todo su esplendor a la afluencia de los poderosos en la corte y a los tesoros que los pueblos tributaban al soberano, no ve entrar por sus puertas sino infelices que vienen buscando o el pan que no hallan en los lugares comarcanos, o la justicia y la protección que sólo esperan de su Monarca".

Gaceta de Madrid, 8 de Mayo de 1812