Todo va revuelto
Aguafuerte (153x201 mm)
Asistimos a una escena en la que se representan miembros de diferentes órdenes religiosas, de entre los que destacan los tres frailes que forman el conjunto central y que visten el hábito de los dominicos. Por sus cartas y comentarios, sabemos que Goya no defendía con especial cariño al estamento religioso, pero en este caso no parece que el tema principal sea la crítica, sino el reflejo de que también estas órdenes padecieron la guerra de distinta manera. En varios decretos que vieron la luz entre 1808 y 1809, se cerraron varios conventos, se les conminó a dejar la predicación y la confesión hasta nuevo aviso, se les prohibió admitir a más novicios y que formaran tras salir cualquier "cuerpo o sociedad para ningún acto religioso ni civil".
No obstante, también se aprovecha la estampa para incluir otros elementos que hagan referencia a los avances que trajo consigo la nueva situación política, como la abolición del tribunal de la Inquisición. En ello parece encontrar su justificación la rama de olivo y la espada que yacen en el suelo tras un fraile que comienza su huida, pues estos objetos forman parte del escudo que tenía esta institución.
Las diferentes posturas de los personajes centrales quizá incida en el desconcierto y desasosiego que sufrieron estas órdenes tras la publicación de los mencionados decretos, pues era desconocido el futuro que les aguardaba. En sus rostros, como suele ser habitual en las estampas goyescas, se reflejan los diferentes sentimientos que el pintor podía percibir de los frailes.