Bárbaros!
Aguafuerte y agua tinta (136x187 mm).
Finales como el que vemos en la estampa fueron comunes para muchos españoles que eran apresados por las tropas napoleónicas. Cuando uno de ellos no podía seguir la marcha del pelotón que los llevaba a las ciudades, eran apartados y ejecutados a mitad del camino. Así lo refieren contemporáneos como el francés Antoine Laurent Apollinaire Fée, quien describió así alguna de estas caravanas: "Un tercio de los soldados eran niños medio desnudos que se morían de hambre, otra tercera parte eran viejos que casi no podían andar. Los que no habían podido seguir a las tropas habían sido caritativamente fusilados por la escolta en medio del camino".
Ese parece haber sido el destino del ajusticiado de la estampa 38, a quien tradicionalmente se le ha identificado en la historiografía como un fraile, en razón a la tonsura de su cabeza. Amarrado a un árbol -quizá la única forma de mantenerle erguido-, espera recibir los disparos de sus verdugos, quienes actúan bajo la mirada que, en un tercer plano, les dirigen sus superiores.
Las distintas técnicas ayudan a dividir la escena, pues se disponen las zonas más oscuras en las partes superior e inferior de la estampa, dejando la franja central más clara, de manera que destacan más sus protagonistas. Especialmente, se dirige nuestra atención al fusilador que se agacha para no errar en el tiro, al que parece dirigirse Goya en el título de la obra.