Curarlos y a otra
Aguafuerte (121 x 193 mm.)
En Curarlos, y á otra se describe la manera en que eran auxiliados los heridos de guerra. En primer término podemos ver a dos hombres que sujetan por detrás a un soldado herido. Algo más atrás se está prestando auxilio a un personaje que se desploma. Se trata de una escena de falsa piedad, en la que la ayuda no es desinteresada y en la que se pretende que los que son auxiliados puedan restablecerse lo antes posible para ser útiles de nuevo en la guerra. De hecho, nadie parece interesarse por los cadáveres del fondo del grabado que Goya ha iluminado contundentemente.
La naturaleza se encuentra devastada, es inhóspita. Los árboles parecen estar secos y sus ramas cuelgan prácticamente sin vida. El entorno se convierte así en el contexto idóneo en el que ambientar estas escenas de muerte y destrucción.
Si miramos atentamente el grupo central comprobamos que los heridos son militares y, además, que al de la izquierda parece que se le trata con mayor decoro y a pesar de estar maltrecho conserva las piernas cruzadas. Estamos presenciando la situación en la que se encontraba la élite militar española, y el desaliento que tendría frente al contingente francés, por número y equipamiento. La figura que implora con la mirada al cielo, nos transmite la debilidad de las fuerzas y la necesidad de una intervención milagrosa.