"...Inmortal quedará sin duda la pericia con la cual tañe el salterio el digno sacerdote y ciudadano de Città di Castello, don Florido Ubaldi, quien habiendo sacado deleite por algún tiempo en tocar instrumentos y luego practicando el salterio, al cual añadió muchas cuerdas hasta un número de veintinueve y tocándolo a la manera del arpa, hizo percibir todas la consonancias que se oyen en el clave, o tocando arpegios con los dedos, o percutiendo las cuerdas con palitos. Tal instrumento no tiene un tamaño determinado, variando según la costumbre de la región o a gusto de quien lo toque. El más común en Italia es de tres palmos de largo y poco menos de dos de ancho".