La rebelión de los hugonotes

En 1617, tras el asesinato de Concino Concini –el favorito de María de Médicis– por orden expresa de Luis XIII, éste toma directamente las riendas del poder y se presenta como defensor de la fe católica. Como consecuencia, el 25 de junio de 1617, el Consejo de Estado reafirma la necesidad de llevar a efecto la reimplantación del catolicismo en Béarn, la de exigir la devolución de las iglesias católicas utilizadas para el culto protestante en esa provincia y también la restitución de los bienes y beneficios que los protestantes habían requisado en tiempos de Jeanne d’Albret. La voluntad de poner en ejecución lo que había sido una promesa de Enrique IV, para obtener la absolución del Papa tras su conversión al catolicismo, es considerado, por parte del protestantismo francés, como una forma de agresión y provocará las primeras reacciones entre 1618 y 1620, con asambleas sucesivas de representantes de las ciudades protestantes en Orthez, La Rochelle y Loudun y, de nuevo, una cuarta asamblea en La Rochelle. Las dos primeras se habían llevado a cabo sin la autorización reglamentaria del rey, lo que constituye en sí un primer conato de rebelión y la cuarta, se hace de nuevo, sin el permiso del monarca. Ésta se había convocado después de que Luis XIII, acompañado de una fuerza militar disuasiva, en octubre de 1620, exigiera personalmente el cumplimiento del decreto y comunicase la decisión de unir el principado de Béarn, que hasta entonces era posesión personal del rey, al reino de Francia. El resultado será una rebelión declarada de los hugonotes, que temen la abolición de la tolerancia existente hasta entonces. El monarca y la nobleza aliada con él movilizan importantes fuerzas militares, con las que conseguirán la rendición de una gran cantidad de ciudades rebeldes, pero fracasarán en el asedio de La Rochelle y de Montauban en 1621 y, de nuevo, en Montpellier en 1622. Esa es la primera etapa de una confrontación que durará hasta 1629. La inmensa mayoría de relaciones que han llegado hasta nosotros dan una visión triunfalista de las acciones de los ejércitos de Luis XIII, en una lucha que no fue enteramente favorable para las fuerzas realistas. (Entrar en la sala)