El mapa en los libros

Antiquorum Illyrici Orientalis Episcopatuum geographica descriptio. En: Charles Vialart. Geographia sacra. Amsterdam, 1704. A 001/119

La palabra mapa se aplica a toda representación total o parcial de la tierra sobre una superficie plana. A lo largo de la historia, los mapas han cubierto los fines y funciones más diversas y variadas. En el siglo XIV era conocida en Europa la xilografía, y desde principios del siglo XV, el siglo en que Gutenberg inaugura en Maguncia la era de la imprenta, la calcografía o grabado en cobre y en hueco, que permitía una mayor perfección en el detalle.  La conjugación de estas tres técnicas, generó el desarrollo imparable de un nuevo oficio, el de las llamadas “gentes del libro”.

En el caso de la cartografía se observa una dualidad según la finalidad que el mapa en cuestión tratara de cubrir. El valor estratégico, político y comercial de muchos descubrimientos favorecía su mantenimiento en secreto. Algunos mapas llegaron a imprimirse, pero en escaso número,. Los más novedosos no se daban a la imprenta, sino que se reproducían de forma manuscrita y se conservaban ocultos. La impresión de los mapas solía ser precedida por cartografías manuscritas. Sólo cuando el contenido cobraba valor propagandístico, decorativo o didáctico, pasaba a multiplicarse mediante la imprenta.

La forma de globo fue también adoptada para representar la esfericidad de la tierra. Algunos de estos grandes mapas y globos se integraban en pequeños tratados escritos donde los autores explicaban los aspectos más destacables de su cartografía, anunciando lo que será un nuevo producto, los libros con mapas y los libros de mapas. El libro comienza a ser utilizado para la difusión de la cartografía, utilizando diferentes formatos y estilos, y pegándose a menudo a pestañas o cartivanas.

La mayor parte de los libros ilustrados con mapas se valieron de la técnica xilográfica, que permitía al impresor una mayor autonomía en la composición del libro, en primer lugar porque permitían que imagen y texto comparteran el mismo espacio, una misma página, y en segundo lugar porque los grabados quedaban integrados la foliación del libro, compartiendo la misma secuencia de signaturas tipográficas que dan orden a sus fascículos. La técnica calcográfica origina una mayor separación entre la imagen y el texto. Los mapas suelen disponerse en hojas diferentes que se cosen o pegan intercaladas entre los fascículos del libro o se disponen al final del mismo, muestran una numeración independiente y no suelen compartir la secuencia de la signatura. Este hecho encarecía el producto. De estas dos formas de imprimir y presentar los mapas y sus textos se conservan ejemplos en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla. Un ejemplo temprano lo encontramos en la edición salmantina, 1498, de la Cosmographia de Pomponio Mela, con comentarios de Elio Antonio de Nebrija.

Elemento

Mapamundi. En: Pomponio Mela. Cosmographia, sive De situ orbis... Salmanticae, 1498. BUS A 335/022

Muestra un sencillo mapamundi xilográfico, dispuesto de forma apaisada en una página, plenamente integrada en el formato códice del libro.

También xilográficas son las abundantes vistas de ciudades impresas en el Liber Cronicarum de H. Schelder, impreso en Nuremberg por Koberger en 1493, uno de los incunables más importantes y representativos que se conservan por la calidad de sus ilustraciones. En el dorso de su folio XII y el recto del XIII, se imprime un mapamundi a doble página donde se mantiene la tradición medieval de reproducir imágenes de monstruos y seres fantásticos inspiradas en obras de los clásicos, junto a los tres hijos de Noé.

Elemento

Mapa de los Vientos. En: Hartmann Schedel. Liber chronicarum. Nuremberg, 1493. BUS A 335/107.

La edición de la Geografía de Estrabón de 1571, en Basilea es otro ejemplo. En este caso, además, los mapas xilográficos, impresos en bifolios a doble página, muestran escritura tipográfica en su primera página, dejando la última en blanco. Los mapas mantienen la misma paginación, reclamo y signatura tipográfica que el resto del libro.

Elemento

Strabón. Geographia decem et septem libros continens. Basilea, 1571. BUS A Res. 75/2/15

La posibilidad de imprimir el texto a dos colores, es otra ventaja de la xilografía. La primera vez que se imprimió un mapa policromo fue en el año 1511 y se aplicó a la edición veneciana de la Geografía de Tolomeo, impresa por Jacobus Pentius y editada por Bernardo Sylvanus. Es una rara edición, que muestra impresionantes mapas a doble página, dispuestos detrás del texto.

Elemento

Ptolomeo. Liber Geographiae cum tabulis. Venetiis, 1511. BUS A Res. 01/4/01(2)

En el mismo volumen y precediendo a esta obra, se encuentra encuadernada la edición de la realizada en Lyon, en 1535, por el gran impresor Trechsel.

Elemento

Claudii Ptolemaei Alexandrini geograghicae ... Lugduni, 1535. BUS A Res. 01/4/01(1)

A medida que avanzaba el siglo XVI, se generalizaba el uso de la calcografía, que no permite imprimir a dos colores. Muchos mapas se coloreaban a mano con posterioridad a la impresión y por encargo de la persona que compraba la obra. Es el caso de la Geografía de L. Sanudo, publicada en Venecia en 1588, con doce mapas impresos calcográficos, cosidos como apéndice a mitad del texto y coloreados, los mapas se incluyen detrás de una primera parte textual, tras los mapas continúa el texto con una nueva secuencia en la signatura A.

Elemento

Geografia di M. Livio Sanuto distinta in XII. libri...In Vinegia : Appresso Damiano Zenaro, 1588.  BUS A Res. 02/1/08

El uso de la xilografía o la calcografía también influye en la escritura utilizada para rotular el contenido de los mapas. En principio, la técnica xilográfica obtiene mejores resultados para reproducir la escritura gótica que la humanística. Las formas de la escritura humanística se conseguían con más elegancia en el grabado sobre cobre que terminó imponiéndose.

Elemento

Isolario di Benedetto Bordone … tutte l'Isole del mondo... Vinegia, 1534. BUS A Res. 28/2/07.

La edición veneciana del Isolario de Benedetto Bordonni, impresa por Niccolò d ́Aristotile, Zoppino, en el año 1534, es una muestra del trazado xilográfico de la escritura humanística, que resultaba demasiado angulosa para el gusto italiano.

Elemento

Europae Totius Orbis Terrarum Partis ... Coloniae, 1592. A Res. 04/4/21

La obra de Matthias Quad, Europae Totius Orbis Terrarum, impresa en Colonia por J. Bussemechers, en el año 1592, es una buena muestra del uso de esta cancilleresca en calcografía, si bien en ocasiones esta escritura podía convivir con el grabado de determinadas palabras en gótica.

Elemento

C. Iulii Solini Polyhistor : rerum toto orbe ... Basileae, 1543. A Res. 52/4/11

La escritura, gótica o humanística, tallada en la plancha por el grabador, podía convivir con la tipografía para reproducir nombres de lugares y signos diversos. Un caso diferente es la Polyhistor de C. J. Solino, impresa en Basilea, por M. Insingrinium, en el año 1543, con una gran diversidad de estilos. Así, por ejemplo, en ciertos casos, puede utilizar la técnica xilográfica para reproducir tanto el diseño del mapa como el de la escritura humanística (p. 23, mapa de Italia) y, en otros, recurrir a la tipografía para la escritura de los nombres de lugares y ciudades, en mapas también xilográficos (p. 144). Se observan mapas, también, donde la escritura xilográfica y tipográfica conviven en el mismo espacio (p. 54 y mapa de África) y otros en los que la escritura, en su totalidad, es tipográfica (p. 152, Europa).

Elemento

Theatro de la tierra vniversal... Impresso en Anvers..., 1588. BUS A Res 73/1/03

A largo de este mismo período se asiste al nacimiento de un formato de libro nuevo, el Atlas, una colección cartográfica diseñada por un editor bajo criterios uniformes, en el que trata de compaginar en el mismo espacio libro, el mapa con la tipografía.

El primer atlas moderno, propiamente dicho, fue el Theatrum Orbis Terrarum de Abraham Ortelius, publicado en el año 1570 en Amberes. Entre 1570 y 1612, año en que se publica la última edición del Theatrum, se contabilizan cuarenta y cuatro ediciones. Veinticuatro se hicieron durante la vida del autor y diez después de su muerte, el número de mapas aumentó constantemente, pasando de los cincuenta y tres, que tenía en el año de 1570, a ciento sesenta y siete, en la última edición de 1612. Los mapas llevaban grabado el nombre del autor, mientras que los que no muestran ningún nombre, eran mapas concebidos por Ortelius.

En la Biblioteca de la Universidad de Sevilla se conservan cuatro ejemplares del Theatrum Orbis Terrarum. El más antiguo es un ejemplar de la edición latina de 1579, un ejemplar de la edición del año 1584 en latín y dos de la traducción castellana de 1588. Todas impresas por C. Plantino y, la de 1588, también editada por él. Los dos ejemplares de la edición de 1588 carecen de registro y colofón, el libro termina con el último mapa encuadernado. La portada muestra información relativa al lugar, nombre y fecha de publicación.

Ambos ejemplares pertenecen a la misma edición, sin embargo, muestran una alteración en el orden dado a determinadas partes de la obra. No se puede determinar cuándo se alteró el orden dado al libro, encuadernado quizás en más de una ocasión, tiene la portada recortada y pegada a una hoja que forma parte de una encuadernación que sin duda no es de la época.

A pesar de que el Theatrum puede ser considerado como el primer atlas moderno, hoy todo el mundo admite que el significado actual dado a la imagen y al término referido a un libro de mapas se debe, sin duda, a G. Mercator quien tuvo una directa relación con el mundo de la imprenta y de la edición.

Llevó a cabo dos empresas fundamentales: la edición corregida de la Geografía y mapas de Tolomeo y la publicación de un Atlas que incluía unos cien mapas diseñados por él. Aunque no consiguió terminar su empresa, su hijo Rumold publicó los materiales que tenía trabajados de forma póstuma en 1595. En el año 1604 las planchas de cobre de G. Mercator y sus mapas salieron a subasta en Nimega. Allí las adquirió un importante grabador flamenco, Jodocus Hondius. Este famoso Atlas Mercator-Hondius se publicó por primera vez en el año 1606, para iniciar su carrera triunfante, en detrimento progresivo del Theatrum Orbis Terrarum de Ortelius. De esta edición se conserva un ejemplar con numerosas marcas de expurgo. Salvo los preliminares legales y literarios, todos los fascículos son bifolios, encuadernados mediante cartivanas, en su cara externa se dan explicaciones de los lugares cartografiados.

Elemento

Atlas Mercator-Hondius. Amsterodami, 1606. A 169/080

También se conserva un ejemplar de la versión abreviada de este Atlas de Mercator, llamado Atlas Minor Gerardi Mercatoris que fue obra de Jodocus Hondius, quien regrabó las planchas de Mercator en un tamaño inferior del que se hicieron numerosas ediciones. El ejemplar conservado en nuestra Biblioteca se publicó en Amsterdam en 1634, según la edición de 1628, con grabados calcográficos de gran calidad dispuestos en formato apaisado u oblongo.

Elemento

Atlas minor Gerardi Mercatoris. Amsterodami, 1634. A 010/054

Los mapas se disponen siempre en la parte derecha del libro abierto y en su dorso aparece el texto explicativo del siguiente. Regnorum Hispaniae nova descriptio Tras la muerte de Jodocus Hondius, las planchas de grabado salieron a la venta y una nueva persona se incorporó a la producción de los atlas, Willem Janszoon Blaeu, en 1630 publica su primer atlas. En 1633 fue nombrado cartógrafo oficial de Holanda y de la Compañía de las Indias Orientales. Entre 1635-1655 publicó una obra en dos volúmenes titulada Theatrum orbis terrarum siue Atlas Novus, con 208 mapas, si bien en el primer volumen figura el año 1659 en la portada.

Elemento

Geographia Blauiana.  Amsterdam, 1659.  BUS A 215/135-144

Atlas Maior Tras su muerte sus hijos, Cornelius y sobre todo Johan Blaeu, le sustituyeron en el negocio. En esta obra y sus distintas versiones estuvo trabajando hasta el año 1672, en que murió. Poco antes de su muerte un incendio destruyó su imprenta y también casi todas sus planchas, impidiendo que se terminara la edición castellana en la que trabajaba y que se estaba imprimiendo desde el año 1658. Con ello terminó la historia editorial del libro más caro publicado en el siglo XVII. Algunas planchas que se salvaron, salieron de nuevo a subasta y fueron compradas por dos editores: Pieter Mortier, adquirió las planchas dedicadas a Italia y Frederic de Vic, la de los Países Bajos. Otras, finalmente, se dispersaron.

En la Biblioteca se conservan dos ejemplares de esta edición castellana del Atlas Maior o Geographia Blauiana. Una de ellas, con signatura A 215/135-144, se conserva íntegra a falta del libro primero del volumen once, dedicado a Asia. Cada uno de los libros muestra su portada o frontispicio grabado y un buen estado de conservación.

El Atlas Maior de Blaeu debe considerarse con una obra de lujo, con papel de calidad, gran formato, abundancia de mapas y una lujosa encuadernación, realizada por encargo.

 

Leer estudio completo por Margarita Gómez Gómez