Homenaje
En memoria de Diego Coronado, Diego Coronado en la memoria
Me encontré por primera vez con el profesor Diego Coronado e Hijón (Sevilla, 1965-2001) en una mesa redonda sobre historieta a finales de los noventa. A aquella tertulia en público sobre viñetas y bocadillos le había llevado una pasión por los medios de imagen fija que se remontaba a su original formación en Historia del Arte. La curiosidad de Diego se había dirigido antes hacia la fotografía, en relación con la cual ahondó sobre las inercias pictorialistas en temas y composiciones, así como sobre las posibilidades estéticas de las técnicas creativas en los procesos de revelado. De acuerdo con la evolución de sus intereses como investigador también se había integrado en el área de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad de Sevilla, donde impulsó la docencia de la fotografía para la mejor formación del alumnado de Publicidad y Relaciones Públicas. En este ámbito de conocimiento, Diego pronto se fascinó por un artefacto comunicativo dedicado eminentemente al discurso persuasivo y en el que convergían sus líneas de investigación: el cartel. Este tipo de texto icónico-simbólico, un supersigno como él mismo lo denominaba, se convirtió en su nuevo objeto de estudio predilecto y de los esfuerzos que aplicó al mismo surgieron artículos y capítulos varios, así como el libro La metáfora del espejo: teoría e historia del cartel publicitario (2001). También se reflejó en el plan de estudios de la licenciatura de Publicidad y Relaciones Públicas en la forma de la asignatura Teoría y Técnica del Cartel, de la que es heredera la Teoría e Historia del Cartel Publicitario presente en el actual grado. Cuando compruebo que La metáfora del espejo continúa siendo lectura recomendada en el proyecto docente de la asignatura y que las jóvenes profesoras a cargo de la misma siguen recurriendo a este libro, me alegra saber que aquel joven profesor titular permanece en esta universidad a través de su legado intelectual. En una realidad distinta, Diego sería ya tal vez un experimentado catedrático, pero con toda seguridad conservaría su entusiasmo por el estudio y la docencia de la imagen fija. De haber sido así, habría aplaudido la iniciativa de esta exposición sobre cartel en la Biblioteca de la Facultad de Comunicación e incluso habrían formado parte de la misma muchos otros trabajos suyos que nuestra realidad nos ha arrebatado. Sirva esta exposición para mantener vivo el recuerdo de la persona compleja, apasionada y generosa de Diego Coronado, que apoyó decisivamente la consideración del cartel como materia para la investigación y la formación en la Universidad de Sevilla.
Jesús Jiménez Varea