Ambient marketing
Enmarcado en el concepto más amplio de marketing de guerrilla, el ambient marketing busca crear una atmósfera que implique e impacte al público utilizando para ello el espacio urbano. De esta forma, se busca crear un ambiente acorde con los valores de marca con el objetivo de que el/la receptor/a se sienta parte de la misma, alterando para ello con la visión tradicional del espacio en el que se inserta, pero sin necesidad de romper definitivamente con este. Es decir, la acción modifica una localización externa o interna determinada, lugares de paso y encuentro de la ciudadanía, pero integrándose en dicho escenario. En este sentido, el concepto de ambient marketing se relaciona de forma estrecha con el concepto de street marketing, si bien este último requiere de una interacción dinámica entre el público y la marca en cuestión, convirtiéndose el primero en parte activa de la experiencia (véase, por ejemplo, el notable “A darmatic surprise on a quiet square” del canal TNT). En cualquier caso, cabe señalar que, frente a la cartelería o la publicidad exterior tradicional, que puede ser reproducida y distribuida en numerosas localizaciones al mismo tiempo, el alto coste de estas campañas (aparte de que en ocasiones se busque cierta exclusividad), insta a que su difusión dependa de que estos espacios redecorados (o experiencias dinámicas) se compartan a través de fotografías o vídeos en redes sociales.
Ejemplos célebres de ambient marketing los encontramos en la remodelación que se realizó de una cinta transportadora del aeropuerto Marco Polo para convertirla en una ruleta de juego con el objetivo de anunciar el Casino Di Venezia, o en la adaptación de macetas en tazas de té firmada por la compañía Bigelow Organic Tea. De esta forma, el rediseño de mobiliario urbano como marquesinas de autobús o bancos, así como los propios autobuses, pasos de peatones, escaleras mecánicas o ascensores busca explotar la creatividad para impactar en las/os transeúntes, de modo similar a como ha buscado tradicionalmente el cartel más “convencional”.