Los orígenes de los audiolibros se remontan a la década de 1930. Frecuentemente se usaban como medio educativo y se encontraban en escuelas y bibliotecas. Antes de que los audiolibros estuvieran disponibles digitalmente, se vendían en forma física en cintas de cassette y discos de vinilo. Sin embargo, con la adopción masiva de internet, los audiolibros ahora están disponibles en línea de muchas fuentes diferentes.
Varios estudios han revelado que la comprensión auditiva está fuertemente correlacionada con la comprensión lectora, lo que sugiere que quienes leen bien los libros, también los escuchará bien.