Esta exposición virtual versa sobre un poeta y la pintura, sobre Juan de Arguijo, uno de los grandes sonetistas de la historia de la poesía en lengua castellana, y sobre las pinturas que decoraron el techo de su casa, que otrora ocupó una manzana entera en la calle que hoy lleva su nombre, justo frente al edificio de la Casa Profesa de la Compañía de Jesús, a la que por cierto siempre estuvo fuertemente unido.

Sobre Juan de Arguijo y la Sevilla en la que vivió, la Sevilla del Siglo de Oro, una Babilonia feliz sobre la que estaba a punto de abatirse el infierno de la peste, que ya en vida del poeta dio sus primeros avisos. Una Sevilla de mercaderes sin escrúpulos –tal parece que fue el padre de Juan–, de gentes piadosas en extremo –su madre, y el propio poeta–, y con una vida literaria y artística que alcanzó cimas pocas veces después alcanzadas. A ese entorno de la Academia Sevillana, en el que se mueven figuras de tanto calado como Juan de Mal Lara, Fernando de Herrera, Juan de Jáuregui, Pablo de Céspedes, Rodrigo Caro, Francisco Pacheco, el propio Arguijo, por citar sólo los más conocidos.

Leer más