Nuestros archiveros
En la última sala de esta exposición el Archivo Histórico de la Universidad de Sevilla quiere también rendir un merecido homenaje a sus archiveros en las figuras de Luis Rubio Moreno, primer director del Archivo de la Universidad de Sevilla, y de Julia Ysasi-Ysasmendi y su hijo Juan Antonio Tamayo, sin olvidarnos de nuestra querida compañera Valle Távora Palazón.
Luis Rubio Moreno
En 1893 se hace cargo de la dirección del archivo universitario Luis Rubio Moreno, funcionario del cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios. En el acta de su toma de posesión se cifra en 1.200 los legajos existentes en el local del archivo y en 1.700 los libros de diferentes procedencias, haciendo constar la falta de cualquier instrumento de descripción.
El archivo universitario funciona de forma independiente hasta 1895, en que la Real Orden de 7 de agosto, sobre distribución del cuerpo de archiveros, bibliotecarios, etc, dispone la fusión de las direcciones de los archivos y las bibliotecas universitarias.
Luis Rubio elabora las primeras las memorias anuales del Archivo Universitario, así como diferentes instrumentos descriptivos de los fondos.
Julia Ysasi-Ysasmendi (1903-1990)
Realizó un gran esfuerzo por difundir la documentación del Archivo, fruto del cual salió publicada en 1971 la Guía del Archivo Histórico Universitario, reimpresa con correcciones en 1993.
Además, publicó otras obras relacionadas con el patrimonio bibliográfico y artístico de la Universidad de Sevilla, como el Catálogo de la Exposición Bibliográfica de Arte y Arqueología de 1963.
Juan Antonio Tamayo Ysasi-Ysasmendi
Dentro de la destacada labor desarrollada por Juan Antonio en el Archivo Histórico debemos resaltar la descripción de importantes series documentales de los fondos del archivo, especialmente del fondo de la propia Universidad de Sevilla, trabajo que aún no ha sido trasladado por completo al catálogo automatizado.
Valle Távora Palazón (1952-2017)
Valle Távora Palazón fue, entre 1998 y 2016, la responsable del Archivo Histórico de la Universidad de Sevilla. Su actividad como archivera, que abordó con tanta diligencia, profesionalidad y pasión, supuso un punto de inflexión en la gestión y el proceso técnico de la documentación, en su difusión y, sobre todo, en el conocimiento y la comprensión de la importancia histórica del patrimonio documental de nuestra Universidad. Fruto del estudio que dedicó a las series documentales de nuestro Archivo son muchos de los instrumentos de que actualmente se valen los investigadores para acceder a la historia de la Universidad de Sevilla, y las exposiciones documentales que tanta luz arrojan sobre fondos singulares. Entre estas exposiciones destacan las dedicadas a la documentación sobre enseñanza primaria y secundaria y al Colegio de San Telmo, o su aportación a exposiciones conmemorativas, como la que celebró en 2005 el quinto centenario del nacimiento de la Universidad, en la que se basan algunos de los textos utilizados en esta muestra.
Pero para quienes tuvimos el privilegio de disfrutar de la amistad de Valle Távora el recuerdo más preciado que atesoramos es el de una bondad y una generosidad extraordinarias.