... Dadme albricias, buenos señores, de que ya yo no soy don Quijote de la Mancha, sino Alonso Quijano, a quien mis costumbres me dieron renombre de «bueno».
Grabado a buril, por Fernando Selma, que lo grabó en Madrid, en 1779, según dibujo de Antonio Carnicero. Procede de la edición de Madrid, por Joaquín Ibarra.